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"El análisis de la relación entre la ética y la tecnología debe abordarse como una necesidad de nuestro tiempo, que ha sido lacerado con frecuencia por la desvinculación entre los resultados que la tecnología produce y las metas legítimas del hombre.
En este contexto cultural, los ingenieros y los tecnólogos
han participado ampliamente en lo relativo al concepto de progreso, el cual
domina en nuestra época, pero también en crisis y, definitivamente, ha sido
declarado como un concepto pervertido.
Este siglo XXI,
es también la era de la violencia tecnológica. Cada momento se libran una
treintena de conflictos armados de diversa magnitud.
Finalmente, la
sociedad occidental, en particular en los países más desarrollados económicamente,
en gran parte es hedonista: el generalizado culto del placer no tiene
precedente histórico.
Sin embargo, en
medio de este panorama hay razones para la esperanza como la democratización de
numerosos países, los grupos defensores de los derechos humanos, las
organizaciones ciudadanas de tipo asistencial que hacen de la solidaridad su
método, la existencia y actuación de organizaciones internacionales como el
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, La Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación, o la Organización Internacional
del Trabajo; también la emergencia de nuevas tecnologías respetuosas del hombre
y del medio ambiente y los movimientos ecologistas que defienden el mismo, así
como el patrimonio de las futuras generaciones. No obstante, estos esfuerzos
son aún incipientes y requieren de un refuerzo desde todas las trincheras
posibles.”
Recuperado de: http://dx.doi.org/10.22201/fi.25940732e.2003.04n3.014
“Por otra parte
debemos considerar que no se trata de ciencia ficción. Desde hace décadas, son
muchos los científicos que vaticinan una explosión de inteligencia artificial
en algún momento del siglo XXI. Esta inteligencia artificial podría llegar a
ser algo único, algo enormemente poderoso que podría imponerse a la
inteligencia humana. ¿Es el momento de establecer criterios éticos sólidos
La problemática
planteada se está materializando en la Asociación sobre Inteligencia
Artificial, creada por Elon Musk y Sam Altman, en la que se invita a los
principales líderes tecnológicos para poder identificar dilemas éticos y prejuicios.
Su objetivo primordial es establecer unas reglas de juego, basadas en un marco
de comportamiento moral, donde la Inteligencia Artificial pueda desarrollarse
en representación de la humanidad.
Hoy en día, la
humanidad está inmersa en una revolución tecnológica sin precedentes. La
preocupación ética por la creación de nuevos tipos de inteligencia requiere de
un exquisito criterio moral de las personas que diseñan estas nuevas formas de
tecnología. El algoritmo ha de ser capaz de discernir y reconocer fallos cuando
se centran en acciones sociales con repercusión que antes realizaba un ser
humano. El concepto es claro: el código no puede dañar a personas o a empresas.”
Son estándares
morales dirigidos a humanos, a los creadores de tecnología. Los principios son
los siguientes:
•
Se
debe asegurar que la IA está centrada en el ser humano.
•
Se
debe prestar atención a los grupos vulnerables, como los menores de edad o las
personas con discapacidades.
•
Debe
respetar los derechos fundamentales y la regulación aplicable.
•
Debe
ser técnicamente robusta y fiable.
•
Debe
funcionar con transparencia.
•
No
debe restringir la libertad humana.
Las grandes
organizaciones, empresas y gobiernos están centrándose en los problemas que
pueden surgir en el tema de la ética de la inteligencia artificial para trazar
consideraciones, prácticas y marcos comunes de cara al futuro. Es importante
alcanzar un acuerdo donde se pueda conceptualizar y, sobre todo, regular las
prácticas derivadas. Al fin y al cabo, la tecnología es un paso más de nuestra
evolución… Y su código de ceros y unos debe ser un reflejo de nuestros genes.”
Recuperado de: https://retina.elpais.com/retina/2019/02/25/tendencias/1551089772_654032.html
Principales conflictos éticos en el uso de la ciencia y la tecnología
ResponderEliminarLa ética en la tecnología nos permite seleccionar los causes que se corresponden a la dignidad humana como, no decir mentiras, no ocultar las verdades, ver la realidad de las cosas, no rebasar los conocimientos y considerar que los hechos también se equivocan.
Históricamente algunas tecnológicas han sido consideradas como perversas, tanto así que, surgió un movimiento llamado Ludismo, que optaba por destruir las nuevas máquinas que reemplazarían a los artesanos.
Podemos ver un claro ejemplo con lo sucedido durante la revolución industrial, donde por la llegada de las maquinas los obreros comenzaron a ser despedidos.
Visto desde el punto de las ideas ludistas, esta supone que la creación de máquinas con IA puede superar a los humanos y con esto generar su reemplazo.
En mi opinión la ciencia y la tecnología cada vez van avanzando más y eso es bueno porque ayuda a la humanidad a facilitar las cosas o a la solución de problemas pero siempre que algo nuevo es creado se debe de cuidar y respetar los derechos humanos, se debe prestar atención a los grupos vulnerables, como los menores de edad o las personas con discapacidades.
En pocas palabras que esta novedad no cause ningún mal o daño.
Brighytte Vieyra Vela 2° “I”
"PRINCIPALES CONFLICTOS ÉTICOS EN EL USO DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA"
ResponderEliminarSi bien, el mismo hombre a puesto a nuestro alcance la ciencia y la tecnología, cada día que pase lo seguirá haciendo, pero estos principios de ética no tiene porque dejar de funcionar o dejar de ponerse en práctica, al contrario, cada día nos enfrentamos a más problemáticas, y es responsabilidad de cada uno saber manejar las cosas que uno tiene, porque de no ser así, las consecuencias no solo pueden afectarnos a nosotros, sino también a terceros.
Martínez Solís Keyla Daniela 2° "I"
Kennet
ResponderEliminarEn este contexto cultural, los ingenieros y los tecnólogos han participado ampliamente en lo relativo al concepto de progreso, el cual domina en nuestra época, pero también en crisis y, definitivamente, ha sido declarado como un concepto pervertido.
Este siglo XXI, es también la era de la violencia tecnológica. Cada momento se libran una treintena de conflictos armados de diversa magnitud.
Finalmente, la sociedad occidental, en particular en los países más desarrollados económicamente, en gran parte es hedonista: el generalizado culto del placer no tiene precedente histórico.